Las Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil,
Policía Municipal...) y, en algunos casos, vigilantes jurados velan por
la seguridad de los pasajeros en los aeropuertos españoles.
Todos los pasajeros que acceden a las zonas de embarque
han de pasar un control de seguridad, atravesando un arco detector de metales y pasando
su equipaje de mano por un escáner. Si el pasajero lleva marcapasos debe advertírselo
al personal de seguridad. Para evitar que el equipaje o los objetos de mano se
deterioren al pasar por el escáner, se pueden utilizar las bandejas especiales que hay a
disposición de los usuarios.
Además, y en consonancia con la normativa de la Unión Europea, Aena ha puesto
en marcha medidas que, sin afectar al servicio de calidad que prestan los
aeropuertos, refuerzan sustancialmente la seguridad de los pasajeros y
los vuelos. Entre dichas medidas destacan la inspección del 100% de los
equipajes facturados en la mayoría de los aeropuertos, el control mediante
rayos X del equipaje de mano de los pasajeros en espera de embarque y los
registros manuales aleatorios de los equipajes ya controlados.
Por razones de seguridad, algunos objetos de uso corriente que pueden ser considerados peligrosos (tijeras, limas, abrecartas, aerosoles, cortauñas, etc.) deben ser facturados. Del mismo modo, algunos productos, aparentemente inofensivos, pueden resultar peligrosos a bordo de un avión si se incluyen dentro del equipaje.
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