¿Sabes?,
el otro día fui a un parque marino y me divertí como
loquito, porque además de que había muchas albercas
y juegos, también vi un espectáculo con unos animales
que no conocía, pero que me parecieron muy inteligentes: los
lobos marinos; yo pensaba que eran focas, ¿tú crees?
¡Ah!, pero ahora ya sé un poco más de ellos.
Déjame contarte. Igual que la morsa y la foca, el lobo marino
es un mamífero acuático. Desde que lo ves, tienes la
idea como de que parece un perro sin patas ni rabo, sino con aletas.
Su piel es peluda, su hocico es largo, tiene bigotes y también
colmillos; además hace un sonido como de ladridos. Sus orejas
son muy chicas. Y no respira bajo el agua como los peces, sino que,
para no ahogarse, antes de sumergirse cierra su nariz.
Cuando
está en tierra, camina impulsándose con sus aletas,
dando unos saltitos bien chistosos.
Se
alimenta de peces y mariscos. Y aunque la hembra come casi lo mismito
que el macho, es más pequeña y ligera; pero, no creas
que es chiquita, ¿eh?: mide como dos metros y pesa como 200
kilos, lo que pasa es que el macho mide como dos metros y medio ¡y
pesa como 400 kilotes!
Además,
el macho tiene una especie de chipote en la cabeza.
Los
lobos marinos son muy juguetones. Viven en grupo en unas islas muy
pequeñas de las costas del Golfo de California y el Océano
Pacífico; que se llaman loberas.
Sus peores enemigos son las orcas y los tiburones, que siempre tratan
de comérselos.
El
hombre también los mataba para ocupar la grasa de sus cuerpos,
hasta que le fue prohibido. Pero sigue poniéndolos en peligro
porque no deja de contaminar los mares. ¡Y dicen que los animales
no entienden! ¡Jum!