El coyote era considerado como un animal cauteloso y el más
astuto entre todos, por lo que era tomado como modelo de los
guerreros que se vestían de coyote para adquirir su
astucia y poder atrapar a sus enemigos.
Debido a la facilidad con que se reproduce era símbolo
de la fecundidad masculina. También era el abuelo y
encarnaba el instinto de protección de la prole, como
un prototipo de la paternidad.