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CEREMONIAS. OTRAS COSTUMBRES. OTROS LUGARES

SEFARDÍS
De las costumbres ligadas al ciclo de la vida, la celebración del matrimonio entre judiós de Marruecos combinó con singular encanto una extraordinaria riqueza de símbolos y rituales emparentados con la fe y, en ocasiones, con la supertición.

En materia de bodas,los sefardíes de Marruecos mantenían, claro está, numerosas coincidencias con las tradiciones de los judíos de distinto origen (agrupados bajo la denominación ashkenazies), en gran parte, por el respeto a la letra de los textos sagrados. Las similitudes compartidas con los sefardíes de otros países iban, por aquello de su procedencia común, más allá de lo preceptos religiosos. Las eventuales diferencias solían estar en la denominación de la costumbre o en el día de su celebración.

Hay, sin embargo, lo que podría ser una excepción. Se registra precisamente, entre los judíos de Marruecos, el país donde las celebraciones relacionadas con el matrimonio comenzaban más temprano: entre diez y quience días antes. La noche de novia, también conocida como noche de paños de alheña o beberisca no tiene, al parecer, una ceremonia equivalente fuera de Marruecos. El saftarray, por ejemplo, nombre que recibía el sábado anterior de la boda entre los judíos de Marruecos, es conocido, en las comunidades serfafdíes de Turquía y Grecia como shabat de besamano y almosana respectivamente. Si bien hay discusión sobre el significado ritual -según algunos es el sábado en el que, por última vez, uno debe preguntarse si se ha de casar o no; según otros, hace alusión a la fiesta de despedida que celebran, por seaparado, el novio y la novia- en los tres países corresponde al sábado que precede al matrimonio y marca anuncio de una boda.
Igual sucede el dia de la ketubbah (en Marruecos era el domingo anterior al casamiento), en el que los testigos, padres y familiares se reunían para establecer, en el contrato de matrimonio, las genealogías de ambas familias y las condiciones del enlace "conforme a las costumbres y arreglos de las santas comunidades expulsadas de Castilla". Lo mismo aplica para el traslado y exposición del ajuar.

Con el vestido de bodas, objeto de la exposición (*), también hay semejanza que descubren parte de la herencia que los judíos de Marruecos tienen en común con el resto de sefardíes. Conocido como el traje de paños o berberisca, en alusión directa ala ceremonia celebrada en Marruecos el día antes del matrimonio, se usaba, hasta que la moda europea logró colarse en el gusto local para las "grandes ocasiones".
Confeccionado en terciopelo y lujosamente ornamentado con bordados en hilo de oro, recibe en Marruecos el nombre de keswa el k-bira. Con equivalentes similares en las comunidades judías de Turquía, Grecia, Argelia y Bulgaria -así los sugieren textos y testimonios- el traje de ceremonia hoy simplemente traje de boda, tenía un uso que se extendía mucho más allá de la ceremonia nupcial.

En Marruecos la novia recibía el traje como regalo de su padre y, ya casada, lo seguía luciendo en las apariciones públicas de importancia. Hay crónicas que atestiguan su uso el sábado de saftarray, el día del baño ritual (establecido en un precepto), la noche de barberisca y el día de la ceremonia religiosa que, según la ley judía, debía celebrarse el miércoles ("una virgen se casa el cuarto día; una viuda, el quinto"). También hay reportes de mujeres vestidas de paño el día de la circuncisión y en las pricipales festividades del calendario judío.
La presencia de trajes de ceremonia relativamente similares en algunos de los países en los que se establecieron los judíos expulsados en el siglo XV es una coincidencia que inevitablemente conduce a España. De las referencias de autores que se han detenido en las comparaciones ("es semejante al de la mujer salamantina"; su falda recuerda "al mantelo de nuestras provincias del noroeste"; el vestido evoca "la pompa de la España opulenta del Renacimiento") se podría "deducir provisionalmente que el vestido de terciopelo y oro debe mucho a algunas de las provincias españolas de las que precedemos", sugiere Sarah Leibovici en su trabajo Nuestras bodas sefarditas.
Curiosamente el vestido de ceremonia permaneció indisolublemente ligado a la noche de novia celebrada en Marruecos, al punto que al ser conocido también como traje de berberisca (nombre que recibe, a su vez, la noche de novia) muchos hicieron, y continuan haciendo, la conexión natural "traje de la mujer berberisca", en alusión a los berberes, población indígena del norte de África y quizás los primeros habitantes de Marruecos. Así, el traje y la ceremonia se unieron en uno, cuando, paradójicamente, todo parece indicar que su origen es completamente distinto. "Una vez y no más" La berberisca, se celebra la víspera de la ceremonia religiosa.
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