Desde
el año de 1821 surgió la aspiración de contar
con un canto cívico que tuviera significación nacional.
Por aquellos días se pensó en una marcha, en una
canción patriótica o en un canto épico. La
concepción de un Himno Nacional maduró tiempo después.
Con
fecha 12 de noviembre de 1853, se publicó en el Diario
Oficial la convocatoria para la composición de un Himno
Nacional, firmada por Miguel Lerdo de Tejada. En el Diario Oficial
del 5 de febrero de 1854 se emitió el dictamen del Jurado
Calificador a favor del poeta Francisco González Bocanegra.
En
la obra de González Bocanegra destaca el fervor cívico
y la patria como razón de ser del Himno. El autor logró
reunir en su obra las aspiraciones libertarlas del pueblo de México,
en defensa de la soberanía nacional y el sentido histórico
de su época.
El
Himno Nacional, con el texto de Francisco González Bocanegra
y la música de Jaime Nunó, fue interpretado por
vez primera en las festividades patrias del 15 de septiembre de
1854, en el Teatro Santa Anna, posteriormente Teatro Nacional.
Las
luchas intestinas primero, y la Intervención Francesa después,
conmocionaron al país durante mucho tiempo, por lo que
el Himno Nacional quedó relegado, a lo que contribuyó
el hecho de haber sido compuesto en la época santanista.
No
sería sino hasta septiembre de 1872, que el Himno volvió
a interpretarse. A partir de entonces se emitieron disposiciones
expresas para su ejecución en actos oficiales.
El
24 de febrero de 1984 se promulgó la Ley sobre el Escudo,
la Bandera y el Himno Nacionales, que regula, entre otras cosas,
la ejecución del propio Himno de acuerdo a la letra y la
música, cuyas versiones oficiales aparecen en dicha ley.