Nuestro
lábaro es la unión de tres ideas principales: religión,
independencia y unión; estas ideas fueron representadas
por los colores blanco, verde y rojo, colocados en franjas diagonales
y con una estrella al centro de cada una de ellas.
Posteriormente,
en noviembre de 1821 se emitió el decreto que dispuso que
la bandera seria tricolor, verde, blanco y encarnado, con franjas
verticales y figurando en el centro la efigie de un águila
coronada.
Desde
esa época se conservó la dirección de las
franjas, pero sin el águila coronada. Sin embargo, la reglamentación
para su uso y difusión se fue perfeccionando durante el
siglo XX, hasta que en 1983 se dispuso:
"Que
la bandera consiste en un rectángulo dividido en tres franjas,
verde, blanca y roja, donde en la central contendrá el
escudo nacional, con diámetro de tres cuartas partes del
ancho de dicha franja, siendo la proporción entre anchura
y longitud de la bandera, es de cuatro a siete."