El tamaño de las olas depende de la fuerza y el tiempo durante el cual sopla el viento y de la distancia desde donde lo hace hasta la costa. Cuando no hay mucho viento, el mar está muy tranquilo, pero cuando los vientos son huracanados, las olas pueden alcanzar hasta quince metros de altura.

A veces, en algunos pueblos costeros el clima está muy agradable, pero las olas están más agitadas de lo normal; esto significa que a mucha distancia mar adentro hubo alguna tormenta y sus efectos apenas llegaron a tierra.

Hay unas olas grandísimas y muy violentas que no se forman por la acción del viento, sino por un movimiento sísmico, una erupción volcánica submarina o costera, una avalancha bajo el mar o el desprendimiento de grandes bloques de hielo en los polos.

Se les llama tsunami, que en japonés significa "ola de gran longitud". Y es que alcanzan una extensión de hasta ¡200 kilómetros!; pero su altura es de sólo medio metro, por eso pueden viajar miles de kilómetros en unas cuantas horas, sin ser detectadas.

Así, al llegar a una costa descargan tanta agua que pueden alcanzar una altura de hasta ¡35 metros!