Las corrientes marinas, además, regulan la temperatura, la salinidad, la oxigenación, la presión y la disponibilidad de alimento en los mares. Y gracias al empuje de las olas, mareas y corrientes, el hombre tiene la oportunidad de obtener otro tipo de energía que no es calorífica, sino mecánica, con la que a su vez produce energía eléctrica.

México todavía no cuenta con el suficiente avance tecnológico para aprovechar sus mares, pero sí cuenta con casi 10, 000 kilómetros de costas, que en un futuro podrían servirle para producir energía no contaminante, a diferencia de la que proviene de los derivados del petróleo, como la gasolina.

Ojalá que esto se logre hacer muy pronto, para que los efectos de la contaminación en el aire desaparezcan y en las ciudades se vuelva a ver un cielo tan padrísimamente despejado y azul