Cuando el sismo haya pasado, hay que reunirse con los familiares, amigos o compañeros, para que unos y otros sepamos que estamos bien o atender los problemas que pudiéramos tener.

No hay que encender cerillos, estufas, velas ni encendedores; tampoco aparatos eléctricos. Hay que cuidarse de no pisar cables sueltos, ni usar el teléfono si no es para una emergencia.

Los adultos deben revisar que toda la construcción y sus distintas instalaciones estén en buenas condiciones, en caso contrario, hay que salirse.

No se debe tomar líquidos de botellas o vasos rotos. Si hay algún líquido tóxico o inflamable derramado, hay que avisar a los adultos para que lo limpien pronto.

Si hay algún lastimado de gravedad, debe llamarse a un médico. Si alguien llegara a quedarse encerrado, no debe asustarse, sino tratar de llamar la atención de los demás golpeando con un zapato, cacerola o escoba. Si pasado algún tiempo se verifica que no ha pasado nada muy grave, especialmente a la instalación eléctrica, se puede encender la televisión o la radio para enterarse con mayores detalles de lo que ha ocurrido; si no se puede hacer esto, se debe usar entonces el radio de pilas.

Bueno, esto es lo que todos debemos saber, para reaccionar de una mejor manera cuando haya un temblor. Mientras mejor lo aprendamos y más lo ensayemos, menos miedo sentiremos.