A
lo mejor ya sabías que el delfín es uno de los pocos
mamíferos acuáticos que existen, pero, ¿sabías
que existen 32 clases distintas de este simpático animalito
y que en los mares de México habitan 17 de ellas?, ¿o
que la orca es como un delfín grandote?, ¿o que algunos
de los delfines pueden vivir en grupos de diez hasta diez mil integrantes?
Interesante,
¿verdad? Pues déjame contarte algunas cosas más
acerca de nuestro amiguito. Al observar su cuerpo puedes notar que
está muy bien adaptado a la vida marina: es alargado, liso,
y tiene varias aletas y una cola que le permiten equilibrarse, nadar
y cambiar de dirección con mucha facilidad.
Fíjate
que algunos delfines pueden alcanzar velocidades de hasta 45 kilómetros
por hora, ¡mucho más rápido que cualquier campeón
olímpico de natación!
Bajo
su piel tienen una gruesa capa de grasa que les permite estabilizar
su temperatura, porque a veces se sumergen hasta 300 metros, donde
el agua es muy fría. Allí debajo pueden aguantar unos
veinte minutos sin respirar, porque antes de bajar llenan de aire
sus pulmones a través del hoyito que tienen en la cabeza, que
es como su nariz y se llama respiradero.
Ah,
pero antes de sumergirse lo cierran, si no se ahogarían. Los
delfines comen peces y moluscos. Viven en grupo, ayudándose
a defenderse de sus enemigos, como el tiburón y la orca, que,
aunque también es una especie de delfín, caza a otros
para alimentarse.
¿Y
cómo se alimenta un delín bebé? Pues con la leche
de su madre, que sale a chorros de su cuerpo hacia su hociquito; después
de medio año, empieza a comer peces también. Y, si se
cuida, podrá vivir entre 40 y 60 años; las orcas pueden
llegar a los cien!
Igual
que el hombre, el delfín es muy sociable. Para comunicarse
con sus compañeros se vale de silbidos y ruidos que salen de
su garganta. También es muy inteligente y curioso. Bueno, es
tan sociable y curioso que no le teme al hombre, sino que más
bien parece identificarse con él y buscar su compañía.
No es nada raro ver a los delfines "echando carreritas" con algún
barco. Lo malo es que el hombre a veces pone en peligro a su amigo.
Cuando los pescadores ven un grupo de delfines, saben que muy cerca
están los atunes y echan sus redes. Pero esto hace que muchos
delfines también queden atrapados y mueran, porque no pueden
salir a respirar. Lo bueno es que la ley obliga ahora a los pescadores
a usar redes que les permiten librarse y escapar. ¡Qué
bueno!, ¡qué bueno!, ¡qué bueno!... ...
Bueno,
bueno... antes de despedirme sólo déjame decirte una
cosa: si algún día tienes la oportunidad de encontrarte
con un delfín, ¡disfrútalo!